El cuerpo humano está constituido por millones de células sólo visibles en un microscopio. Estas células se dividen periódicamente y de forma regular con el fin de reemplazar a las ya envejecidas o muertas. Cuando este mecanismo se hace de forma descontrolada con el tiempo dará lugar a un tumor o nódulo.
Invasoras de tejidos
Si las células, además de crecer sin control, sufren nuevas alteraciones y adquieren la facultad de invadir tejidos y órganos de alrededor (infiltración), y de trasladarse y proliferar en otras partes del organismo (metástasis), se habla de tumor maligno, que es a lo que se llama cáncer
El cáncer no es una sola enfermedad, sino varias. En realidad, existen más de 100 tipos de cáncer y la mayoría se nombran de acuerdo con su lugar de origen. Por ejemplo, el cáncer de pulmón comienza en el pulmón y el cáncer de seno comienza en el seno. Los síntomas y el tratamiento dependen del tipo de cáncer y de lo avanzada que esté la enfermedad.
La evolución de cada cáncer está sujeta a múltiples factores que van a interactuar entre sí. Estos factores varían dependiendo tanto del tumor como del paciente. El proceso que va desde que se producen las primeras mutaciones de las células hasta que la enfermedad llega a su etapa final se llama historia natural.
Las principales modalidades de tratamiento son: la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia. Aunque también puede administrarse otro tipo de terapias específicas para algunos tumores como la hormonoterapia, la inmunoterapia, el tratamiento con láser. La eficacia está comprobada científicamente, a diferencia de los tratamientos alternativos, cuya eficacia no está demostrada.
El cáncer se origina cuando las células normales se transforman en cancerígenas, es decir, adquieren la capacidad de multiplicarse descontroladamente e invadir tejidos y otros órganos. Ese proceso se denomina carcinogénesis, la cual dura años y pasa por diferentes fases. Las sustancias responsables de producir esta transformación se llaman agentes carcinógenos. Un ejemplo de ellos son las radiaciones ultravioleta del sol, el asbesto o el VPH.
Las primeras señales del cáncer se manifiestan de forma diferente en niños y adultos. En las personas maduras el inicio de la enfermedad puede demorar entre meses y décadas. En el caso de los niños, el proceso se produce con mucha mayor rapidez, sólo unos meses. Esto se debe a que las células que constituyen los tumores en la infancia son células más inmaduras, que se dividen y multiplican con mayor rapidez.
Lo primero que ocurre son los cambios celulares que dotan a las células de las características de malignidad, es decir, de multiplicación descontrolada y capacidad de invasión. Es la etapa más larga de la enfermedad y se denomina fase de inducción. En ningún caso es diagnosticable ni produce sintomatología. Esta fase puede durar hasta 30 años.
La segunda etapa se denomina fase “in situ”. Se caracteriza por la existencia de la lesión cancerosa microscópica localizada en el tejido donde se ha originado. En los adultos suele durar entre 5 y 10 años. Tampoco aparecen síntomas en el paciente. En el cáncer de mama, cuello uterino o colon, la enfermedad se puede diagnosticar en esta fase mediante técnicas que permiten su detección precoz.
Invasión local
La lesión comienza a extenderse fuera de su localización de origen e invade tejidos u órganos adyacentes. Es la fase de invasión local. En la edad adulta dura entre 1 y 5 años. La aparición de síntomas de la enfermedad depende del tipo de cáncer, de su crecimiento y de su localización.
Por último, la enfermedad se disemina fuera de su lugar de origen, aparecen lesiones tumorales a distancia denominadas metástasis. Es la etapa de invasión a distancia. La sintomatología que presenta el paciente suele ser compleja. Depende del tipo de tumor, de la localización y extensión de las metástasis.
Fase terminal
Esta fase se caracteriza por la existencia de enfermedad oncológica avanzada, progresiva e irreversible (incurable). No responde a los tratamientos empleados habitualmente. Se acompaña de múltiples síntomas y mucho dolor. Disminuye su calidad de vida y la de la familia. Si el enfermo y la familia se han preparado, este tiempo facilita el reencuentro con uno mismo y con los seres queridos.
Mejor prevenir
Hay un conjunto de acciones que puedes realizar con el fin de disminuir la incidencia y/o mortalidad por cáncer. Alrededor de un 50% de los cánceres se pueden evitar con hábitos de vida saludables. Y la disminución de la mortalidad se consigue si se detecta el cáncer en sus etapas más tempranas y se aplican tratamientos específicos más sencillos y eficaces.